LA MENTE PIENSA, LA CONCIENCIA NO PIENSA ...
La mente es un eslabón más dentro de la cadena del mundo de manifestación. La Conciencia no piensa porque Sabe. No necesita pensar, dispone de otros mecanismos que nada tienen que ver con la mente.
Está bien que dispongamos de conocimiento sobre determinadas materias: matemáticas, física, química, biología…todo lo que alcanza nuestro entendimiento, que podemos tocar, oír, ver, todo lo físico, pero todo ello en cierto modo, es relativo y por lo tanto ilusorio, maya. La realidad verdadera se encuentra en lo que aparentemente no existe, en lo “invisible” en aquello que no se ve porque está más allá de nuestros cinco sentidos.
En un estado absoluto de comprensión nada existe.
Los científicos que buscan la realidad conceptual verificándola en base a razonamientos, fórmulas matemáticas y científicas, teorías y cálculos, deben encontrarse, forzosamente, ante la disyuntiva de creer que lo que están percibiendo a través de su comprensión, es más la apariencia de las cosas que su propia esencia.
Si somos conciencia infinita, donde esta el principio... donde esta el final ? Esta creación es un programa informático. un holograma. Tal vez siendo concientes de la relatividad de lo que llamamos "nuestra realidad" podremos desapegarnos, porque este es el objetivo: llegar a desapegarnos totalmente de nuestros condicionamientos mentales. Tenemos que comprobar, observar, asumir el fenómeno de la intermitencia cuántica como propiedad del microcosmos y aplicarla a nosotros mismos, a nuestro pensamiento, desapegándonos de lo aparente e ilusorio. Lo ya manifestado es difícil de modificar en sí mismo porque esta sostenido por las mentes que modificaron la plantilla original de esta creación basándose en tiempo/espacio movimiento y dualidad, pero desde la no manifestación es posible experimentar creaciones que nos permitan desarrollar las virtudes inherentes del Espíritu, dotadas de energía primordial fuera de toda dualidad y de las leyes que rigen la creación de este mundo material. Ahí reside el carácter creativo de la Fuente de la cual provenimos. La excelencia o idoneidad de lo así creado, así como su consistencia y configuración, depende también del grado de desarrollo de nuestras habilidades creativas, que como facultades se pueden perfeccionar, agrandar y potenciar y es esto precisamente lo que vinimos a experimentar en nuestra plantilla original, como esencias divinas que somos.
En esta realidad virtual, si de verdad queremos conocernos a nosotros mismos, tenemos que profundizar dentro nuestro y captar lo que somos más allá, por debajo o por encima de toda apariencia. La identificación con la apariencia nos limita y condiciona. Solo alineados a la Fuente y a través de un profundo acto de Presencia podremos manifestar lo que Verdaderamente Somos. Todo sucede en el Ahora. Si no es Ahora, entonces, cuándo ? - Cristina Lidia